Llevas escribiendo desde que eras un niño . Empezaste haciendo garabatos con lápices de colores y ahora utilizas bolígrafos, lápices de punta fina y letras ligeramente orientadas hacia la derecha, con subidas, bajadas y enrevesados bucles. A algunos niños les encanta escribir a mano y otros odian el momento en que han de poner el lápiz en contacto con el papel. ¿Por qué?
Tal vez uno de tus padres o un profesor se haya quejado de tu mala letra: "¡Sé un poco más pulido!" "¡Qué mala letra que tienes!" "¡No se entiende nada de lo que escribes!" Pobre de ti; eso no es nada divertido. Tú intentas hacerlo bien, pero no consigues escribir tus ideas de forma limpia y clara.
La buena noticia es que todo el mundo puede mejorar su letra. Pero, para empezar, dediquemos un momento a pensar en lo complicado que resulta, en el fondo, escribir a mano. No es como estornudar o respirar, cosas que tu cuerpo hace sin que ni siquiera las tengas que pensar.
¿Cómo escribimos a mano?
Para escribir a mano, tu cuerpo y tu mente necesitan hacer muchas cosas distintas conjuntamente y en el orden correcto. Necesitas mantener el hombro fijo mientras mueves el codo y la muñeca de la forma adecuada. Además tus ojos deberán seguir lo que vaya haciendo tu mano. Y eso no es todo. Necesitas saber el aspecto que se supone deben tener las letras y las palabras y tomar decisiones sobre qué quieres escribir — ¿La respuesta a la pregunta 4 es "aleta" o "atleta"?
O sea que con todo esto en juego, es lógico que distintos niños tengan diferentes problemas en lo que se refiere a la escritura. Algunos problemas médicos hacen que los niños tengan dificultades para escribir. Por ejemplo, a los niños con trastorno por déficit de atención (TDA) o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) les cuesta estarse quietos y concentrarse en lo que están haciendo. Pueden escribir demasiado deprisa o empezar contestando a una pregunta y olvidarse de finalizar la respuesta. Los niños con problemas musculares, como los que tienen síndrome de Down o parálisis cerebral, también pueden tener dificultades para escribir.
Pero muchos niños sin problemas médicos tienen dificultades a la hora de escribir. ¿Eres uno de ellos? O tal vez ya escribes bien y solo querrías mejorar un poco tu letra.
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