Que el mate produce acidez no es ningún secreto. Algunos materos agregan cascaritas de naranja o de limón para contrarrestar el ardor de estómago y, de paso, darle un toque diferente a la infusión. Funciona, sí. Pero antes hay que secar las cáscaras, calentarlas a fuego directo, picarlas y después mezclar con la yerba.
2. Café
Los indecisos que no pudieron elegir qué tomar en el desayuno no tuvieron mejor idea que combinar la opción del café y el mate en una sola infusión, para tomar con bombilla. Resultado: sabor intenso con altos niveles de cafeína, especial para comenzar el día. Se prepara agregando dos cucharadas de azúcar y media de café molido a la yerba.
3. Mate con aguardiente
Una antigua costumbre para combatir los días de frío en invierno, aún se mantiene en algunos pueblos del norte del país. Se agrega una pequeña medida de aguardiente a la yerba seca para humedecerla, y luego unos chorritos extra, a medida que corre la ronda. A favor: una forma original de levantar la temperatura. En contra: es más difícil de pasar que un trago de aguarrás.
4. Con hierbas serranas
Los fans de los yuyos aseguran que la menta, la peperina y la melisa son una buena opción para romper la rutina matera. Que le dan un gustito extra. Resulta un brebaje muy parecido al té que se prepara con las hierbas que venden en las dietéticas.
5. Mate con miel y cedrón
Los golosos que protestan por el amargor inicial del mate echan una cucharada de miel al agua y unas hojitas de cedrón a la yerba. Los materos conservadores podrán abogar que con tantos ingredientes adicionales se pierde el sabor original del mate. Y tienen toda la razón.
6. Tereré
De origen guaraní, es la versión veraniega del mate. Cuando la térmica toque los 35 grados, reemplazá el agua caliente por un refrescante jugo de naranja o de pomelo con hielo. Listo el tereré. Según la región, se le echan diferentes hierbas aromáticas. Un must piletero.
7. Con leche
Se prepara el mate como de costumbre, pero en lugar de calentar el agua, se pone al fuego la leche. Antes de que llegue a su punto de hervor, está lista para cebar. Sabe igual que el mate cocido con leche original. ¿Por qué habríamos de arruinar un mate si podemos tomarlo en taza?
8. Mate de pomelo
Los más innovadores lo habrán probado alguna vez. El método consiste en elegir un pomelo, cortarle la parte superior y ahuecarlo. Luego se lo llena con la yerba mate hasta la mitad y se lo aprieta un poquito para que el pomelo suelte sus jugos. Una chanchada poco práctica.
9. Mate con cerveza
No es común pero merece un lugar en la lista por ser la más osada de todas las mezclas. Según un estudio del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), el 2% de los encuestados reemplaza el agua por cerveza, una práctica que está en su etapa iniciática. Y esperamos que ahí se quede.
X