como descubrir reconocer un mentiroso como curarlo y como evitarlos mitómano según el libro "Lies, Lies, Lies!", de Charles V. Ford, que publica la edición mexicana de Cosmopolitan:
Alerta: 10 puntos para saber si tu pareja es un mitómano
1. Sus historias son creíbles, tienen algún atisbo de verdad y están muy bien formuladas.
2. Si se le presiona, puede llegar a admitir que lo que cuenta no es cierto, aunque de mala gana; porque sí distingue la verdad y la mentira. No es una psicosis.
3. Su tendencia es duradera y compulsiva. Todos hemos mentido alguna vez por necesidad o por presión; sin embargo, en los mitómanos, esto se vuelve un hábito.
4. Las historias que crea siempre son para beneficio personal. Ya sea para presentarse de una manera favorable ante los demás (ser más rico, más exitoso, más famoso, más inteligente) o sacar algún provecho de alguien más.
5. Suele ser una persona insegura y con autoestima muy baja a pesar de parecer lo contrario.
6. Miente justo por su poca autoestima; cree que no es lo suficientemente bueno para conseguir lo que tanto desea siendo quien es.
7. Piensa que si se muestra como es, la gente lo rechazará.
8. Se siente fracasado y que le falta mucho; por eso, exagera sus logros.
9. Le parece muy sencillo mentir, porque le ha dado resultados.
10. Cuando no puede mantener la mentira, prefiere alejarse antes de aceptarlo. Admitir su fracaso es a lo que más teme. No tolera la confrontación.
CÓMO ENTENDERLOS
Tienes que entender que su mecanismo es completamente patológico. Pero, aguas: un mitómano SÍ distingue la verdad de la mentira; simplemente no le conviene hacerlo. No hay que confundirlos con un psicótico o un esquizofrénico, que no pueden diferenciar. El mitómano se porta así, normalmente como una defensa para conseguir adaptarse a la sociedad.
¿SE PUEDE CURAR?
Sí, siempre y cuando el mentiroso sea quien desee poner remedio a su actitud. Es similar a lo que sucede con un alcohólico; normalmente la gente a su alrededor se verá más afectada y querrá inducirlo a que acuda a terapia, pero es difícil que el mitómano -como cualquier adicto- note su problema y quiera aceptarlo. Por eso, la gente se aleja antes de ayudarlo. Tiene que ser él mismo quien pida ayuda psicológica. La terapia se enfocará a subir su autoestima, a su miedo al rechazo y a la necesidad de aceptación, pues es por todo eso que miente.
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